La biografía que Diana Disney Miller escribió de su padre y que publico en 1956 asienta todas las bases de las biografías y estudios posteriores dedicados al personaje. En España fue la editorial RIALP quien la tradujo y editó en 1961, edición que tratamos en este post, y compone una de las tres biografías que de Walt Disney se han publicado en España, las dos restantes ya las trataremos en posteriores entradas.
Diana Disney escribe con soltura un texto que se hace ameno, que no cuesta leerlo y que en menos “de un abrir y cerrar de ojos” hemos terminado de leer sus 271 páginas.
Tomás G. Larraya prologa en 25 páginas esta biografía, un texto interminable y soporífero que expone las excelencias de Walt Disney.
Diana comienza la biografía en la infancia del protagonista, con datos referidos a sus abuelos, a los tíos de su padre y a otros parientes. Yo que soy de aquellos que me gusta que el biógrafo vaya al grano, y deje la paja a un lado, que discierno de la teoría que hay que conocer el pasado y antepasado del biografiado para entender su obra, no me ha molestado en absoluto los relatos del infante y adolescente Walt Disney, pero de esas aventuras continuo pensando que no eran de total influencia para lo que luego logro como adulto.
La autora sabe novelizar la biografía, lograr el suspense necesario para que el lector se interese hasta por los detalles más superficiales de la vida de Walt Disney. Pero Diana no solo expone lo que su padre le ha contado, sino que alaba constantemente el esfuerzo de su progenitor, ponderando sus logros y superponiéndolos con las carencias de un hombre que desde muy joven se ha visto obligado a luchar por sobrevivir.
Muchas acciones exageradas, como cuando dice que se levantaba a las cinco de la mañana para ir a trabajar y entonces se detenía en los porches de los vecinos y dedicaba a jugar unos minutos con los juguetes que los hijos de estos habían dejado sin recoger, a falta de poder tener Walt Disney un camión de bomberos propio con el que recrearse.
Pero vemos una fotografía del niño Disney con raqueta en mano y ataviado para jugar al tenis, y sabemos de los negocios que iba montando su padre, como la empresa de reparto de prensa que ostentaba varios empleados y en la que trabajaba el propio Walt. Ni el protagonista lo tuvo que pasar tan mal ni tampoco llevo una vida de rosas. Pero Diana mitifica la vida de un genio, que lo era, logrando que el lector se identifique con él, y que logre alegrarse cuando le llegan los éxitos.
En las páginas centrales del libro encontramos 27 láminas en blanco y negro que representadas desde fotografías de la familia Disney, a bocetos o fotogramas de algunas películas.
Un libro de obligada lectura para el amante de la animación –y por su puesto seguidor de Disney- porque Diana es capaz de explicar con toda claridad los adelantos técnicos que cambiaron la animación, la llegada de la cámara multiplano, el technicolor, el sonido estereofónico… Y combinar el arte y la técnica con los acontecimientos históricos, la huelga que sacudió a la compañía, el viaje por Sudamérica de Walt Disney como embajador, o la irrupción de la Segunda Guerra Mundial.
Solo nos apena que Diana olvide algunos nombres como el de Ub Iwerk, que solo lo nombra para recordarnos su traición, pero es incapaz de ver la contribución del genio de Iwerk en la creación de Mickey Mouse. Pero la leyenda es más atractiva que la realidad.
La biografia de Walt Disney escrita por su hija a dia de hoy esta descatalogada, pero no es complicado encontrar ejemplares en las diferentes librerías de segunda mano que pueblan nuestro país, su precio ostenta entorno a los 18 euros.
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