Luego de décadas con un mercado español casi virgen de libros dedicados al género de los dibujos animados, una gran cantidad de títulos se congregan solo en unos pocos meses, esperando que no sea un hábito pasajero causa de una nostalgia repentina de lectores ya en los cuarenta, y se convierta en una sana costumbre propia de otros mercados como el francés o el norteamaricano. Pero solo el tiempo lo dirá, y mientras debemos aprovechar esta avalancha de títulos.
De nuevo es Diábolo Ediciones, junto a Dolmen Editorial, quienes lideran el género, y el último en salir ha sido «¡Eso es todo, amigos! El universo animado warneriano», de dos autores a los que hemos reseñados ya varias veces en este blog, Cruz Delgado Sánchez y Alfons Moliné. Se trata del primer título publicado en España dedicado a los populares dibujos animados de Warner, y eso lo convierte en una compra obligada para cualquier amante del género.
La elaboración del libro sigue las mismas características que otros de la editorial como «No es fácil ser verde» o «Mi vecino Miyazaki», cubiertas a cartoné, más de 250 páginas y fotografías a todo color. La presentación es muy colorida con una gran cantidad de imágenes.
Los autores recorren la historia del estudio de animación de Warner desde su origen hasta el cierre, incluyendo los encargos de la productora a otros estudios de animación hasta llegar a nuestros días.
A partir de la página 74 el libro se estructura a lo más parecido a la habitual guía con una descripción de los personajes Warner más significativos, de los programas para TV, especiales de Navidad, largometrajes o series de televisión. Para finalizar con un capítulo dedicado a la adaptación a cómic de los personajes Warner.
Yo particularmente rehuyo de esas estructuras «guías», siempre caigo en la tentación de querer leer aquello que más me interesa y dejar para el final lo que me parece menos atractivo, impidiendo que lea el libro página a página como debería ser. Aun siguiendo en este título cada capítulo un orden cronológico, es fácil sucumbir a la tentación comentada, queriendo leer por ejemplo primero el texto dedicado a «Speedy González» y dejar para más tarde el referido a «Pepé le Pew». Sin olvidarnos de las ventajas que tienen estas «guías» -y ojo, que «¡Esto es todo amigos!» no es ninguna guía, reitero que a partir de la mitad del libro es lo más parecido- que es la facilidad de consultar rápidamente después de nuestra lectura.
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