El presente libro publicado en abierto y de forma on line recoge el estudio promovido por Diboos (Federación de Asociaciones de Productoras de Animación en España) en colaboración con el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes; el Ministerio de Industria, Energía y Turismo; y el Instituto de Comercio Exterior, sobre el estado actual de la industria de la animación en España.
Debo confesar que no he tenido estomago para leerme sus 243 páginas, la falta de motivación y el desacuerdo en muchos de sus puntos han impedido que siguiera con una lectura que no me era grata. El texto está lleno de verdades a medias, en muchos casos razón no le falta, por ejemplo leemos en su introducción: “La animación española es en la actualidad uno de los sectores audiovisuales con mayor proyección internacional, con mejores estimaciones de crecimiento para los próximos años y altos ratios de exportación. La misma desarrolla y posiciona en el mercado mundial contenidos de una calidad excepcional, gracias al uso de ideas y conceptos globales que le permite cosechar éxitos en los cinco continentes.”, en cierta medida es verdad, y también viene bien comenzar con este optimismo el “Libro Blanco...", pero el texto sigue igual de eufórico en las siguientes páginas, esbozando un panorama presente y de futuro excepcional, todo apoyado en cifras, porcentajes y estadísticas que no dudamos que sean ciertas, solamente que cada uno puede dar la interpretación que convenga a esos datos.
Además la prensa parece apoyar esta visión de la animación en España, leemos titulares como “Al menos queda la animación” publicado en “El País Cultural” el 27 de Abril de 2012 en su versión on line, o “La animación española vive su edad de oro” publicado en La Vanguardia.com ayer mismo, día 23 de enero. Pero cualquier trabajador de esta industria sabe que todo eso no deja de ser un espejismo. El paro entre los profesionales de la animación es brutal, los estudios que van cerrando sus puertas se multiplican, el espectador no parece apoyar la animación española ni en la pantalla grande ni en la domestica, la televisiones no dejan espacio para emitir series nacionales, muchos largometrajes de dibujos animados no llegan a estrenarse y si lo hacen pasan desapercibidos sin que las distribuidoras les apoyen lo más mínimo.
El panorama que he reflejado aquí no lo veo ni en el “Libro Blanco” ni en la prensa. Tal vez Diboos crea que hay que ver el vaso medio lleno, que hay que estimular a la industria y dejar de lado al pesimismo. Pero claro, díganle a un animador consagrado y que lleva años en el paro que la animación española vive su edad de oro… no nos responsabilizamos si responde con violencia.
En mi opinión algunas de las causas para reflejar esta negatividad en contraposición de aquellos textos son las siguientes:
1-Los productores prefieren explotar a trabajadores en China u otros países similares a contratar a animadores españoles. Pero porque estos contratan directamente a un estudio con domicilio en esos países (que a su vez explota a sus artistas) pues el productor español mantiene su moral tranquila dejando el peso sobre los hombros del estudio subcontratado. Esta es unas de las razones principales del paro en el sector. Si por mí fuera no permitiría subvenciones a aquellos productores que no se comprometieran a animar en España.
2-Nuestros mejores animadores se largan fuera de España, pero los más consagrados y de mayor edad no pueden comenzar de nuevo y ven como sus puestos son cubiertos por jóvenes inexpertos a los que pagan menos.
3-Impera la ley de la mayor ganancia al mínimo coste, traduciéndose en subproductos que alejan al espectador del género.
4-Las producciones medias carecen del mínimo apoyo promocional por parte de los medios de comunicación, quedando desconocidas para el gran público.
5-La tendencia de los productores de querer copiar aquello que se hace en Hollywood alejándose de una producción más personal, traduciéndose en productos de una factura técnica impecable pero de nula creatividad, que a la larga nuevamente alejan al espectador del género.
6-La nula intención de las televisiones de comprar ni emitir producción nacional en horarios de audiencia.
Podríamos seguir enumerando puntos que ocasiona que un sector, que realmente tiene proyección, siga estancado pero supongo que cada uno tiene sus propios puntos y podríamos llenar con ellos un “Libro Negro del sector de la animación en España”. Y el que una o dos películas de animación producidas en España funcionen en taquilla cada cuatro o cinco años no convierte al sector en la gallina de los huevos de oro.
Aun así, si deciden leer las 243 páginas de este texto que reseñamos de seguro que recibirá una inyección de optimismo para enfrentarse a la búsqueda de trabajo de este sector, si el libro consigue animar y lograr que productores inviertan en el género, pues digamos que bien cumplida esta su función. Pero recuerden que fui incapaz de leérmelo entero y tal vez todo reseña este equivocada, para que salgan de dudas aquí tenéis el link para que podáis leerlo vosotros mismos y saquéis vuestras propias conclusiones.
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